Cómo preparar tu propia bebida isotónica en casa
- PREDATORS
- 5 mar 2019
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Beber ocho vasos de agua al día es la cantidad que se recomienda, sin embargo, podemos decir que se trata de un número meramente simbólico, ya que los requerimientos de hidratación de una persona pueden variar dependiendo del clima, el peso y por supuesto, la actividad física diaria. Un atleta de alto rendimiento obligatoriamente necesitará beber por lo menos el doble o más de agua para mantener su cuerpo en un estado óptimo, a comparación de una persona que pasa gran parte de su día a día en reposo.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que beber tales cantidades de agua puede resultar contraproducente, especialmente cuando no se sigue un plan de hidratación adecuado, pues aunque pueda resultar difícil de creer, el cuerpo humano se puede llegar a ahogar cuando la entrada de agua se hace de forma exuberante y repentinamente. Eso sin mencionar que también, debido al aporte de peso extra con el que el cuerpo debe cargar, el rendimiento físico se verá afectado indiscutiblemente.
Es aquí donde entran en juego las bebidas isotónicas, esas que utilizan los deportistas profesionales más exigentes para mantener un ritmo de hidratación adecuado a pesar del gran esfuerzo que conlleva sus sesiones de entrenamientos.
Estas, también conocidas como bebidas deportivas, no sólo tienen la función de rehidratar al atleta que la consume, sino también de reponer los nutrientes perdidos con el sudor, tales como el sodio, calcio, magnesio y potasio que juegan un papel importante en el mantenimiento adecuado de los tejidos del cuerpo (músculos y huesos, por ejemplo). Algunas incluso están adicionadas con vitaminas del complejo B, cuya función es la de ayudar a metabolizar los carbohidratos de mejor forma, propiciando a una mayor obtención de energía durante el ejercicio.
Afortunadamente, la producción de bebidas isotónicas no se limita a las grandes fábricas de refrescos o suplementos deportivos, pues estas pueden ser fácilmente preparadas en casa con la ventaja de que sus preparación siempre estará especialmente idea para quien desea consumirla, además del hecho de que es 100% natural y demasiado fácil de preparar.
Los ingredientes que requieres son:
-500 ml de agua purificada
-1 cucharadita de sal marina en grano
-1 cucharadita de bicarbonato de sodio
-El zumo de una o dos naranjas (o cualquier otro cítrico a elegir)
-1 cucharada de miel para endulzar (Opcional)
Para la preparación final basta con agregar todos los ingredientes al vaso con agua y revolver con la ayuda de una cuchara hasta formar una mezcla completamente homogénea. Una vez hecho esto podemos agregar unos pequeños cubos de hielo y disfrutar a medida que vayamos necesitando durante la sesión deportiva.
Es un hecho que la inclusión de estos ingredientes no se ha hecho al azar o de manera arbitraria, pues tal y como se menciona más arriba, el propósito de una bebida isotónica no es simplemente el de hidratar al deportista, sino también aportar una serie de nutrientes que el cuerpo pierde al sudar y que son tan importantes para tener un mejor rendimiento y funcionamiento del organismo.
A continuación te explicamos el porqué del uso de los diferentes ingredientes.
Sal: Este compuesto, el cual se obtiene a través de la evaporación del agua del mar, tiene en su composición diferentes minerales como el sodio y que forma parte del 80% de la estructura molecular. Además de ello, también cuenta con otros compuestos como los oligoelementos, cloruro de magnesio, calcio, potasio, yodo y manganeso. Es muy importante que al momento de la elección de este ingrediente procuremos que no sea sal refinada, pues esta se compone en un 99% de cloruro de sodio, siendo que el resto de los demás minerales no pueden obtenerse por este medio.
La sal de grano entera se puede conseguir prácticamente en cualquier supermercado y su precio no es elevado, por lo que no debe suponer un reto añadirla a la preparación.
Bicarbonato de sodio: Este compuesto natural es sumamente popular en todo el mundo, ya que puede utilizarse en múltiples recetas cotidianas, además de que posee propiedades medicinales y que permite su uso en múltiples remedios caseros como la desinfección, el blanqueamiento de la piel y los dientes, aliviar la acidez estomacal, ayudar con los problemas de indigestión o incluso para reducir los niveles de azúcar, controlar la presencia de colesterol malo en la sangre y depurar el hígado.
El uso de bicarbonato de sodio nos ayudará a reponer parte del sodio perdido durante el entrenamiento
Zumo de fruta: La principal función del zumo de fruta será ayudar a mejorar el sabor de la bebida isotónica, por lo que su adición no es necesaria, a menos claro que el paladar de quien la consume sea capaz de soportar el gusto del bicarbonato de sodio combinado con sal y agua.
Sin embargo, como beneficio extra y verdadero podemos destacar que las frutas son fuentes excepcionales de vitaminas y minerales, por lo que agregar el zumo del limón, naranja, toronja o cualquier otra fruta dependerá ya del gusto de cada quien. No obstante, la razón por la que se recomienda el uso de naranja o toronja es debido a que estas aportan un mayor número de calorías a partir de la glucosa y la fructosa, siendo estas fuentes de energía excepcionales para las sesiones de entrenamiento largas.
Miel: La miel, estrictamente natural, también es muy indicada (aunque opcional, dependiendo del gusto de cada quien) para añadir a las bebidas isotónicas, ya que funciona como un endulzante natural y que aporta calorías de rápida absorción a través de la fructosa y glucosa, sin mencionar también que es rica en nutrientes.
La razón por la que su adición es opcional se debe que puede llegar a endulzar demasiado la bebida, lo que resulta contraproducente para saciar la sed. Dependiendo de las necesidades de cada deportista, la cantidad añadida puede variar desde nada hasta un máximo de 3-5 ml por cada 500 ml de agua.
La miel se posiciona como una opción mucho más sana que el azúcar refinada, la cual es rica en sacarosa y con un nulo valor nutrimental, por lo que sólo se encarga de aportar calorías vacías. Dado a su refinamiento, la sacarosa se digiere más rápido, por lo que su llegada al torrente sanguíneo también se hace de forma más acelerada, lo que supone un superávit calórico repentino para el cuerpo, desencadenando un shock que solamente puede contrarrestarse mediante una mayor producción de insulina.
Durante este proceso, el cuerpo comienza a experimentar sensaciones más pronunciadas de cansancio y letargo, lo que nos incita a consumir más azúcar refinada para regresar al estado de euforia anterior, cayendo así en un círculo vicioso que sólo nos somete a un mayor estrés físico, afectando negativamente al rendimiento.

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